CAMINAR JUNTOS EN LA ESPERANZA
Dios mediante, este miércoles 5 de marzo comenzaremos un nuevo tiempo de Cuaresma, en el cual, como ha escrito el Papa Francisco en su mensaje para esta ocasión, «la Iglesia, madre y maestra, nos invita a preparar nuestros corazones y abrirnos a la gracia de Dios para poder celebrar con gran alegría el triunfo pascual de Cristo, el Señor, sobre el pecado y la muerte». Y para ayudarnos en ese itinerario hacia la Pascua, que se inicia este Miércoles de Ceniza, el Papa ha elegido el lema «caminemos juntos en la esperanza».
En primer lugar: caminar. La Cuaresma es un camino a recorrer. Nos recuerda esos cuarenta días que Jesús pasó en el desierto, en oración y ayuno, y también los cuarenta años que el pueblo de Israel caminó desde su salida de la esclavitud de Egipto hasta su entrada en la tierra prometida. De la misma manera, nosotros estamos llamados a, fortalecidos por el ayuno y la oración que nos ayudan a acoger la gracia de Dios, recorrer el camino cuaresmal que nos libera de la esclavitud del pecado e introduce en la victoria de Jesús sobre la muerte. Y, como bien nos dice el Papa en su mensaje, en este itinerario cuaresmal no podemos dejar de «pensar en tantos hermanos y hermanas que hoy huyen de situaciones de miseria y de violencia buscando una vida mejor para ellos y sus seres queridos». Por eso, Francisco nos invita a preguntarnos cuál es nuestra actitud ante nuestros hermanos migrantes: ¿somos acogedores, comprendemos las dificultades por las que les toca atravesar, o nos dejamos llevar por prejuicios, su presencia nos incomoda? Una buena pregunta para este tiempo de Cuaresma y para pedirle al Señor nos conceda la gracia de reconocer en cada hermano migrante a uno que es como nosotros y que, como nosotros, necesita ser acogido y que seamos solidarios con ellos.
En segundo lugar: juntos. El Papa nos recuerda que lo más propio de la Iglesia es caminar juntos. No ser «viajeros solitarios», encerrados en nosotros mismos y nuestros intereses egoístas, sino «ser artesanos de unidad…caminar codo a codo, sin pisotear o dominar al otro, sin albergar envidia o hipocresía, sin dejar que nadie se quede atrás o se sienta excluido…escuchándonos los unos a los otros con amor y paciencia». En otras palabras, ser agentes e instrumentos de comunión, en la familia, en el centro de estudios o de trabajo, en el barrio, y de manera especial en la parroquia, movimiento o comunidad de pertenencia.
Finalmente: la esperanza, que no defrauda porque no se basa en nuestras capacidades, habilidades o estrategias. Ni siquiera en nuestras obras, sino en Jesucristo, muerto por nuestros pecados y resucitado para nuestra divinización, que nos asegura que nada ni nadie podrá apartarnos del amor de Dios y que, en esa Pascua que nos preparamos a celebrar, la muerte ha sido transformada en victoria y vida eterna para quien se acoge a Él. Caminar en la esperanza significa caminar con la confianza puesta en Dios que perdona nuestros pecados, nos capacita para leer de modo correcto los acontecimientos de la historia y nos ofrece la salvación. Pidámosle al Señor que en esta Cuaresma nos conceda caminar juntos en la esperanza para que, así, podamos experimentar la potencia de la Pascua en nuestras vidas.
+ Javier Del Río Alba
Arzobispo de Arequipa