+51·54·214778   comunicaciones@arzobispadoarequipa.org.pe

Candidatos y electores

Acercándose el día de las elecciones, algunos candidatos a la Municipalidad Provincial de Arequipa y al Gobierno Regional han tenido la iniciativa de visitarme para informarme sobre el plan de gobierno que proponen a la ciudadanía y que se comprometen a ejecutar en caso salgan elegidos. En general, son planes bien estructurados, que denotan un trabajo previo de reconocimiento de la realidad local y de los principales desafíos que deberán afrontar sus próximas autoridades, así como de la manera en que esperan hacerlo. El hecho de hacerlos públicos, en este caso al arzobispo de Arequipa como representante de la institución que tiene mayor arraigo en nuestra sociedad, pone de manifiesto también, como más de uno de ellos me lo ha dicho expresamente, su deseo de que, de ser elegidos, la ciudadanía pueda verificar que cumplan con lo ofrecido.

Felicito, pues, a estos candidatos y a todos aquellos que, por una u otra vía, están haciendo públicos sus planes de gobierno. Ahora corresponde a cada uno nosotros, como ciudadanos, asumir la responsabilidad de prepararnos bien para emitir nuestro voto. Esto requiere estudiar las propuestas y revisar las hojas de vida de los candidatos. A través de esos documentos y de otros medios como las entrevistas y debates que se están realizando en estos días, es posible conocer si el candidato y el equipo que lo acompaña están política y técnicamente preparados para gobernar nuestra localidad o región, si son personas honestas que no han estado involucradas en actos de corrupción u otros contrarios a la ley, y si tienen acreditada vocación de servicio. Sé que analizar las propuestas y los antecedentes de los candidatos demanda tiempo y dedicación, pero vale la pena hacerlo por nuestro propio bien y el de la sociedad en su conjunto. Nuestra participación en las elecciones, a través de un voto informado, no es sólo un deber cívico sino también una de las mejores garantías de permanencia de la democracia y uno de los mejores modos de contribuir al bien común (cfr. Compendio de DSI, 190). Votar movidos únicamente por la simpatía o emociones que un candidato pueda suscitar en nosotros es lo que suele llevar a la frustración cuando, una vez elegido, nos damos cuenta de que nos equivocamos.

Participar como electores en la vida política, además, fortalece nuestra identidad como miembros de un pueblo concreto. Es una obligación moral de cuyo cumplimiento nadie debería sentirse exonerado. Por el contrario, en un ambiente cada vez más fracturado por las discordias entre los políticos y herido por la corrupción, el derecho a la libre elección de nuestras autoridades es un medio óptimo para que, ejerciéndolo de modo responsable y fraterno, cooperemos para hacer de nuestra localidad, nuestra región y nuestro país una tierra de esperanza y oportunidad para todos. Por eso, con las palabras del papa Francisco, “quiero renovar junto a ustedes el compromiso de la Iglesia católica, que ha acompañado la vida de esta nación, en este empeño mancomunado de seguir trabajando para que el Perú siga siendo una tierra de esperanza” (Discurso en el Palacio de Gobierno, Lima 19.I.2018).

+ Javier Del Río Alba
Arzobispo de Arequipa